Este jueves, 19 de marzo de 2025, el conflicto en Oriente Próximo alcanza niveles alarmantes tras la ruptura de la tregua en Gaza por parte de Israel. En solo una semana, se han reportado más de 800 muertes y el desplazamiento forzado de más de 142.000 personas, según datos de la ONU. La situación se vuelve más crítica cada día, y se hace evidente la necesidad urgente de una intervención humanitaria y diplomática.

En la última semana, las nuevas órdenes de evacuación emitidas por las autoridades israelíes han obligado a miles de palestinos a abandonar sus hogares, afectando aproximadamente al 17% de la Franja de Gaza. La OCHA ha indicado que la gran mayoría de los palestinos, cerca del 90%, ya habían sido desplazados al menos una vez entre octubre de 2023 y enero de 2025. Esta escalada de violencia ha dejado a muchas familias sin acceso a alimentos, agua potable y atención médica.

Mientras tanto, un joven palestino de 18 años fue asesinado por soldados israelíes en una operación en Cisjordania, aumentando aún más la tensión en la región. Este ataque ha tenido lugar en medio de una creciente ola de violencia que parece no tener fin. Las autoridades israelíes han justificado sus acciones como parte de una ofensiva contra Hamas, buscando liberar a los rehenes de la organización y mantener la seguridad de su territorio.

Además, Israel confirmó la muerte del portavoz de Hamas, AbdelLatif al Qanoua, de 43 años, quien fue atacado en su vivienda en el campo de refugiados de Yabalia. Este hecho resalta el intento de Israel de debilitar el liderazgo de Hamas, aunque este insiste en que sigue comprometido con las negociaciones para poner fin al conflicto.

En el ámbito político, el parlamento israelí aprobó una reforma controvertida que otorga mayor control político sobre el nombramiento de jueces, lo que tiene implicaciones serias para la independencia del poder judicial en el país. Las protestas ante esta decisión han estallado en Jerusalén, y líderes de la oposición advierten que esto amenazará la democracia israelí.

En el contexto internacional, el ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, ha expresado su respaldo a la imposición de sanciones contra Israel por sus actuaciones en Gaza. Este comentario viene en un momento crítico donde se reporta un riesgo inminente de hambruna en Gaza, debido a semanas de bloqueo de ayuda humanitaria, lo que ha llevado a la escasez de suministros básicos.

Una vez más, la ONU ha levantado la voz sobre las condiciones desesperadas en Gaza, donde la ayuda no ha podido ingresar desde hace más de tres semanas. Las organizaciones humanitarias están al borde del colapso, mientras que una nueva propuesta de alto el fuego está siendo discutida en Egipto, con la esperanza de que se puedan salvar vidas y restaurar la paz, al menos temporariamente.

La violencia no solo se limita a Gaza, ya que el ejército israelí ha llevado a cabo ataques en otras áreas, incluyendo el sur de Líbano y en Siria, donde bombardeos recientes han destruido infraestructuras y han causado más víctimas, complicando aún más la situación de seguridad en la región.

La comunidad internacional observa con preocupación el desarrollo de los acontecimientos, y se espera que en los próximos días haya un incremento en los esfuerzos de mediación para lograr un alto el fuego duradero y establecer un camino hacia la paz en Oriente Próximo.