¿Cuánto tardas en levantarte y volver a sentarte en la silla cinco veces? ¿Eres capaz de caminar cuatro metros ida y vuelta sin dificultad? Estas preguntas pueden ser más que simples pruebas; pueden ser indicadores de un estado de fragilidad que afecta a muchos adultos mayores de 50 años. Con el avance de la edad, estas dificultades son cada vez más comunes, haciendo que las personas sean más vulnerables a diversas enfermedades, especialmente a problemas cardiovasculares.

Según el cardiólogo Alejandro Amarilla, ser frágil incrementa significativamente las probabilidades de padecer enfermedades cardiovasculares. De acuerdo a Mario Boskis, miembro de la Sociedad Argentina de Cardiología, la relación es bidireccional: tener un diagnóstico de fragilidad no sólo aumenta el riesgo cardiovascular, sino que, a su vez, las enfermedades del corazón pueden contribuir a un estado de fragilidad.

¿Qué Es el Síndrome de Fragilidad?

El síndrome de fragilidad es un concepto reciente, identificado en el siglo XXI por la epidemióloga Linda Fried. Ella observó que aquellos con menor capacidad funcional enfrentaban peores resultados al enfermarse. Esta observación la llevó a desarrollar una escala para medir la fragilidad, que se basa en parámetros como la pérdida de peso no intencional, la debilidad muscular y el agotamiento.

Los expertos notan que la fragilidad es un problema creciente de salud pública, que afecta incluso a personas más jóvenes. Un estudio publicado en 2023 reveló un aumento del 26.5% al 38.9% en la prevalencia de fragilidad en adultos mayores de 50 años durante una década. Alarmantemente, el 11% de las personas entre 50 y 64 años ya presentaban signos de fragilidad en 2006.

Un Estilo de Vida Sedentario Como Causante

La baja actividad física en la vida moderna ha contribuido a esta alarmante tendencia. Amarilla observa que muchas personas de 50 y 60 años están experimentando fragilidad, lo que se debe en gran parte a la pérdida de masa muscular asociada con un estilo de vida sedentario. Esto provoca importantes repercusiones en la salud, ya que una persona con fragilidad severa carece de las reservas biológicas necesarias para afrontar enfermedades y eventos traumáticos.

La Importancia de Detectar la Fragilidad

La detección temprana del síndrome de fragilidad es vital para el tratamiento eficaz de condiciones cardiovasculares. Los médicos pueden realizar evaluaciones simples, como la Escala de Fried, que permite identificar la fragilidad y, por ende, ajustar tratamientos médicos y quirúrgicos. La intervención a tiempo puede revertir esta condición y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Rehabilitación y Prevención

Una vez identificada, la fragilidad puede revertirse con un programa de rehabilitación física y cambios en la dieta. Incluyendo un aumento en la ingesta de proteínas y grasas saludables, como el omega-3, los médicos pueden ayudar a los pacientes a recuperar su fuerza y estabilidad. El ejercicio físico es clave en este proceso; el sedentarismo es el enemigo de la salud, especialmente en personas frágiles.

Por último, es crucial que tanto los profesionales de la salud como los propios pacientes sean conscientes de los síntomas de fragilidad. Cambiar el estilo de vida y adoptar prácticas saludables puede prevenir la fragilidad y, por ende, permitir que las personas mayores lleven una vida activa y plena. ¡No subestimes los signos de fragilidad, actúa ahora para proteger tu salud!