Laura Peraita

Madrid

El pasado mes de diciembre, una madre llamada Carla López enfrentó una angustiante experiencia al tener que llevar a su pequeña hija de solo cuatro años al quirófano. Aunque cualquier padre desearía estar presente en un momento tan crítico, su solicitud al anestesista para permanecer al lado de su hija hasta que se durmiera fue contundentemente rechazada. La justificación del Hospital Quiron Salud de Barcelona fue un rígido protocolo que, según ellos, no permitía el acompañamiento debido a problemas logísticos y de esterilización.

Carla, quien había dado a luz en ese mismo hospital, se preguntaba por qué se otorgaba un trato diferente en el quirófano. "Se me partía el alma al pensar que a mi hija la estaban sedando sin que estuviera a su lado. Tenía miedo de que despertara rodeada de extraños sin reconocer a su madre o su padre", lamentó.

Dicha negación llevó a Carla a presentar una queja a través del portal del paciente del hospital. Para su sorpresa, logró estar con su hija hasta el momento de la sedación, y durante la intervención, el personal médico la trató con gran cariño. La experiencia, aunque inicialmente aterradora, terminó siendo reconfortante para ellas. Una vez que la niña despertó, su primera pregunta fue, "¿Cuánto tiempo he dormido, mamá?", dejando claro el impacto emocional de la situación.

Para prevenir que más familias vivan esta angustiosa experiencia, Carla ha lanzado una recogida de firmas en Change.org. Su meta es establecer un protocolo que garantice a todos los padres el derecho a estar al lado de sus hijos hasta que sean sedados y durante el proceso de reanimación. Hasta ahora, han logrado reunir más de 100,000 firmas en solo dos meses.

Su causa ha resonado con otras madres, como Anna, quien también se dio cuenta de las políticas restrictivas en el Hospital Mútua de Terrassa cuando su propio hijo de cuatro años necesitó una operación. "Es increíble que no se permita el acompañamiento, sabiendo que la presencia de los padres puede facilitar una recuperación más rápida y menos traumática para los niños", manifestó.

La directora de Enfermería del Hospital Universitario Niño Jesús en Madrid, Pilar Herreros, enfatiza la importancia de la presencia parental en estos momentos críticos. Ella ha observado que la calma de los padres puede traducirse en una experiencia menos estresante para los niños, además de reducir el dolor percibido. Sin embargo, también admitió que la infraestructura antigua del hospital complicaba esta práctica.

El debate sobre la necesidad de acompañamiento parental continúa. En Cataluña, alrededor de 3,500 niños son operados cada semana, y las madres como Carla y Anna exigen que se unifiquen las políticas para el acompañamiento en todos los hospitales de España. "No podemos depender del criterio de cada médico. Este es un derecho de los niños y debe ser garantizado", concluyen.

El compromiso de las familias, junto con la resistencia de algunos centros médicos, ha abierto un importante diálogo sobre el tratamiento anestésico pediátrico y el bienestar emocional de los niños. Las voces de estas madres buscan un cambio significativo en el sistema sanitario español para que ningún niño tenga que enfrentarse solo a un momento tan crítico en su vida.