El aceite de oliva, conocido como el "oro líquido", ha vivido momentos turbulentos en los últimos tiempos, con precios que se dispararon en más del 70% para el aceite virgen extra en el último año. Esto lo convirtió en un lujo inalcanzable para muchas familias españolas. Hace un año, se reportaron alarmas en garrafas de aceite en los supermercados, subrayando la extrema preocupación por su costo. Sin embargo, las cosas están cambiando, y se prevé un descenso de precios que podría impactar en nuestras carteras.

La gran pregunta que se plantea es: ¿Cuánto disminuirán los precios? ¿Cuándo comenzaremos a notar esta caída en los supermercados? Y lo más importante, ¿será este abaratamiento consistente desde el campo hasta las estanterías de los comercios?

La situación ha mudado con el anuncio de buenas perspectivas para la cosecha de este año, que podría alcanzar los 1,26 millones de toneladas, lo que sería casi un 48% más que la campaña anterior. Esto ha llevado al sector a anticipar un descenso en los precios. El ministro de Agricultura, Luis Planas, ha afirmado que "los datos son positivos" y que, si las previsiones se confirman, habría una normalización en el mercado tras años de escasez de producción.

El director de ventas de Deoleo, Miguel Ángel Guzmán, habló sobre las proyecciones positivas para los próximos meses, sugiriendo que los precios en origen podrían relajarse entre noviembre y enero, condicionados a la continuidad de un clima favorable. Las expectativas apuntan a que, de seguir esta tendencia, podríamos ver reducciones de precios que alcanzarían hasta un 50% desde sus niveles récord.

Además, se ha comentado que podría tocarse el fondo de precios para la primavera. Si las lluvias continúan de manera razonable, los precios podrían estabilizarse en niveles entre cuatro y cinco euros por litro, muy por debajo de los actuales, que oscilan entre siete y ocho euros, dependiendo de la calidad.

Sin embargo, hay un caveat: la crisis del aceite de oliva no ha desaparecido del todo. Guzmán ha advertido de que todavía existe incertidumbre de cara a la cosecha de 2024-2025, especialmente para los aceites de mayor calidad. A pesar de las buenas noticias, el sector se encuentra aún en una fase de tensión de precios.

Según el último boletín del Ministerio de Agricultura, el precio del aceite virgen extra dejó de estar en 800 euros por 100 kilos a 681,81 euros, lo que muestra una reducción cercana al 3%. Mientras tanto, en Andalucía, el precio del kilo de aceite virgen extra se sitúa actualmente en 6,33 dólares, un descenso del 19% en comparación con el mes anterior.

Por otro lado, Facua ha establecido una discrepancia alarmante: aunque el precio en origen ha bajado un 13%, en los supermercados la caída se ha limitado al 2.5%. Esto sugiere que, aunque hay un abaratamiento en el producto agrícola, estas reducciones no se reflejan de manera similar en los precios al consumidor.

El precio del litro de aceite virgen extra en diciembre de 2023 se estima en aproximadamente 12,18 euros, lo que significa una bajada interanual del 2,5%. Este es un cambio insatisfactorio, considerando que los precios han llegado a cuadruplicarse desde 2021. Comparando con el año pasado, donde el IVA del aceite era del 5%, ahora se encuentra en un 2%, aunque se prevé que regrese al 4% en enero.

Facua advierte que esta aparente doble velocidad en los precios es evidencia de márgenes al alza en las cadenas de distribución. Otras organizaciones, como la COAG, apuntan a que algunos productores están forzando esta reducción para obtener liquidez, lo que ha sido aprovechado por la industria.

La conclusión es que aunque se espera que los precios del aceite de oliva se normalicen pronto, esto puede tardar en reflejarse en los bolsillos de los consumidores. La anticipación es positiva, pero el camino hacia la estabilidad aún tiene momentos inciertos. Así que, ¡mantente atento y no te dejes llevar por los precios en los supermercados!