Mike Waltz, el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca durante la administración Trump, ha asumido toda la responsabilidad por el escándalo generado por un chat grupal en la aplicación Signal. En este chat, altos funcionarios de la administración criticaron a Europa mientras discutían planes de ataque contra los rebeldes hutíes en Yemen. "Asumo toda la responsabilidad. Yo creé el grupo", declaró Waltz a 'Fox News', especificando que no tenía conocimiento de cómo el editor jefe de 'The Atlantic', Jeffrey Goldberg, fue agregado al chat.

Este episodio es considerado por muchos como una grave amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos. Waltz describió la filtración de los detalles del chat como "vergonzosa", manifestando que la información expuesta podría haber comprometido operaciones militares secretas. En un artículo de Goldberg se reafirmó que el chat contenía planes sobre ataques estadounidenses en Yemen, así como diálogos que descalificaban el supuesto "oportunismo" de Europa en tales circunstancias.

El secretario de Defensa, Pete Hegseth, mostró su respaldo a Waltz, añadiendo que la situación era "patética" y que el desbloqueo de rutas comerciales gracias a estos ataques beneficiaría más a Europa que a Estados Unidos. El vicepresidente J.D. Vance, quien expresó escepticismo sobre la urgencia de lanzar ataques inminentes, comentó: "Odio tener que rescatar a Europa de nuevo", aludiendo a la histórica controversial ayuda militar americana al viejo continente.

Por otro lado, Trump trató de minimizar el incidente, llamándolo un "pequeño fallo" que no resultó ser "grave". Aun así, en una comparecencia ante el Senado, la directora de Inteligencia Nacional de EE.UU. y el director de la CIA negaron que se compartió información clasificada en el chat. Sin embargo, la investigación de Goldberg afirmaba lo contrario, indicando que el hilo incluía información detallada sobre paquetes de armas, objetivos y plazos de los inminentes ataques contra los hutíes.

Este escándalo ha provocado una dura reacción no solo entre los demócratas, sino también dentro del propio Partido Republicano, que ha condenado el uso de la aplicación Signal para discusiones críticas sin la debida autorización para compartir información clasificada. La comunidad de inteligencia está ahora bajo presión para revisar sus protocolos de comunicación, mientras que la pregunta sobre la seguridad de los canales de comunicación no autorizados persiste entre los legisladores estadounidenses.