El Congreso de los Diputados ha sorprendido a todos al desestimar varias medidas fiscales clave propuestas por el Gobierno, las cuales eran imprescindibles para acceder a los 6.500 millones de euros de fondos europeos exigidos por Bruselas.

Este giro inesperado se debe a la creciente división entre los socios del Ejecutivo, que ha llevado al rechazo mayoritario de las reformas necesarias. En la reciente votación de la Comisión de Hacienda, se ha decidido contra la subida de impuestos al diésel, así como la opción de convertir en permanentes los impuestos extraordinarios aplicados a la banca y a las empresas energéticas.

Medidas aprobadas en medio del caos

Se ha respaldado la directiva que establece una tributación mínima del 15% para el impuesto de sociedades dirigido a multinacionales y grandes corporaciones. También se ha incrementado el ahorro en el IRPF para los contribuyentes de mayores ingresos. Además, se contempla una subida de impuestos sobre el tabaco y los cigarrillos electrónicos, y se ha implementado un ajuste técnico con el objetivo de combatir el fraude en el IVA relacionado con los hidrocarburos.

Implicaciones del rechazo