La famosa carrera popular de 10 kilómetros, que recorrió el distrito de Ciudad Lineal, ha sido el escenario de un sorprendente incidente que ha causado revuelo entre los vecinos y corredores. La concejala presidenta, Nadia Álvarez, protagonizó un momento de controversia al arrancar un cartel que pedía 'más pinos, menos asfalto' de las manos del ganador del evento, quien lo exhibía con orgullo en el podio.

Este acto no solo ha desatado críticas, sino que también ha puesto de relieve la lucha de los vecinos por la defensa del pinar de La Elipa, un área verde de 14,5 hectáreas. El ganador, que prefirió permanecer en el anonimato para evitar represalias de los simpatizantes del PP, expresó su apoyo a esta causa a través de su pancarta.

Tereixa Blanco, una corredora y vecina, defendió la reivindicación al declarar que su intención era visibilizar una queja vecinal en un contexto de celebración, diciendo que 'en ningún momento se atacó a nadie, solo se mostró una crítica con respeto'.

El Ayuntamiento de Madrid, consiente de la situación, adjudicó en mayo un proyecto para la recuperación del parque pinar de La Elipa. Sin embargo, la Asociación Vecinal La Nueva Elipa ha manifestado su desacuerdo con este plan, argumentando que la propuesta del Ayuntamiento podría socavar el carácter natural del pinar, favoreciendo un aumento de la urbanización con la instalación de nuevo mobiliario urbano y caminos pavimentados, además de una excesiva iluminación.

Los habitantes del barrio han mostrado su descontento e incluso han presentado propuestas para asegurar su participación en las decisiones sobre el futuro de este parque. Hasta la fecha, sus peticiones no han sido atendidas por el Gobierno municipal de José Luis Martínez-Almeida.

Los defensores del pinar de La Elipa exigen que se reconozca este lugar como un parque forestal, similar a otros espacios como la Dehesa de la Villa o la Casa de Campo. El reclamo por un entorno natural y verde es más urgente que nunca, y la comunidad se niega a dejar que sus voces sean silenciadas en favor de obras que priorizan el asfalto sobre el bosque.

La pregunta que queda en el aire es: ¿está el Ayuntamiento dispuesto a escuchar a sus ciudadanos y proteger este valioso espacio verde que es vital para el bienestar y la salud del barrio?