El último derbi sevillano entre el Real Betis y el Sevilla se convirtió en una jornada memorable para Jesús Navas, quien se despidió de los campos de fútbol en un ambiente de celebración tras la victoria de su equipo por 1-0 en el Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán.

Navas, con una carrera impresionante que abarca 18 temporadas y 8 títulos, se despidió como el jugador que más derbis sevillanos ha disputado en la historia, superando a la leyenda Joaquín Sánchez. Sin embargo, el partido estuvo cargado de tensión, especialmente durante los últimos minutos, donde se dio la expulsión de Tanguy Nianzou en el minuto 89.

Al entrar al terreno de juego en el minuto 72, con el marcador a favor del Sevilla gracias a un penalti ejecutado por Dodi Lukebakio, Navas vivió una montaña rusa emocional. Conscientes de que era su último derbi, tanto los jugadores como los aficionados deseaban regalarle una victoria inolvidable. Pero la situación cambió drásticamente con la roja directa a Nianzou, que provocó una oleada de nervios en la grada.

Mientras abandonaba el campo, el joven defensa se mostró visiblemente arrepentido y se dirigió a Navas con gestos sinceros de disculpa: “¡Jesús, Jesús, perdón!”, expresando su deseo de no arruinar la culminación de la carrera del ícono sevillista.

A pesar del incidente y la presión que suponía, el Sevilla logró mantener la ventaja y el reloj llegó a su fin, permitiendo que tanto Navas como sus compañeros celebraran una victoria que quedará grabada en la memoria de los aficionados. Aunque la expulsión podría haber empañado la jornada, la alegría por el triunfo y el homenaje a Navas prevalecieron.

Con este partido, el Sevilla FC reafirma su posición en la liga y la leyenda de Jesús Navas sigue creciendo, dejando un legado en el fútbol español que será difícil de igualar.

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