Marine Le Pen, la controversia líder de la ultraderechista Agrupación Nacional (RN) y aspirante a la presidencia de Francia en 2027, se enfrenta a un grave proceso judicial que ha captado la atención de los medios. Este lunes, durante su declaración en el Tribunal correccional de París, admitió haber 'dejado pasar' el cambio de estatus laboral de su antigua asistente en el Parlamento Europeo, Catherine Griset.

Según Le Pen, en 2015, Griset le comunicó su deseo de no ser acreditada permanentemente en Bruselas y otras ciudades europeas debido a su relación personal. A pesar de esto, la líder del RN optó por retrasar su transferencia a un puesto de asistente local "por cuestiones presupuestarias". Esta decisión ha resultado en acusaciones de que ella y otros 26 miembros de su partido utilizaron indebidamente a sus asistentes parlamentarios.

Se les acusa de emplear a estos asistentes para trabajar en el partido, violando las normas del Parlamento Europeo, que estipulan que esos fondos deberían ser utilizados únicamente para apoyar a los eurodiputados en su labor legislativa. "No he cometido ninguna irregularidad", defendió Le Pen, insistiendo en que 'todo lo que hicimos, teníamos derecho a hacerlo'. Sin embargo, la jueza le respondió contundentemente: 'Pertenece al Parlamento Europeo'.

El escándalo gira en torno a un periodo específico de trabajo de Griset entre octubre de 2014 y agosto de 2015, donde se reveló que pasó solo 740 minutos –o 12 horas– en el Parlamento, generando preguntas sobre el uso de los fondos públicos. Esto agrava la situación legal de Le Pen, quien podría enfrentar hasta diez años de cárcel y multas significativas si es declarada culpable de malversación.

Aboliendo cualquier defensa, Le Pen tuvo que reconocer que prolongó la situación laboral de Griset a pesar de sus múltiples solicitudes para que se hicieran los cambios necesarios. Mientras, su asistente, ahora europarlamentaria del RN, recibió un salario mensual que osciló entre 2.654 euros y 3.206 euros durante su tiempo en el Parlamento.

Este caso es solo una pieza del rompecabezas de la situación política en Francia, donde la ultraderecha sigue ganando terreno. Las repercusiones de este juicio podrían no solo afectar a la carrera política de Le Pen, sino también a la imagen de su partido en un período electoral crítico. ¡Mantente atento a esta historia que se sigue desarrollando!