La Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (AEDIVE) ha revelado los resultados del tercer trimestre de 2024, y las cifras son esperanzadoras. Hasta el 30 de septiembre de 2024, la red de puntos de recarga de acceso público en España ha alcanzado los 37,136.

En solo tres meses, se han instalado 3,031 nuevos puntos, lo que equivale a una impresionante media de 1,010 estaciones al mes. Este incremento supera con creces la media del primer semestre, que se situaba en más de 600 unidades mensuales.

A lo largo del año, desde septiembre de 2023 hasta septiembre de 2024, se activaron 9,716 puntos, marcando el mayor crecimiento interanual de la historia española en infraestructura de recarga. Estos datos indican que la tendencia hacia la electrificación en España es irreversible. Según AEDIVE, la infraestructura de carga pública actualmente es más que suficiente para el número de vehículos eléctricos en circulación.

Un dato notable es que solo se utiliza un 6.31% de la capacidad de esta infraestructura, lo que sugiere un gran margen para el crecimiento del uso de vehículos eléctricos. En 2023, se instaló casi un tercio de todos los puntos de recarga en España, resultando en una proporción de 15 vehículos eléctricos por cada cargador público, una mejora significativa respecto a los 20 vehículos por cargador del año anterior.

Sin embargo, a pesar del progreso, España todavía está rezagada en comparación con líderes como China, donde la proporción es de 8 vehículos por punto de recarga. La media europea se sitúa cerca de 12. Es imprescindible continuar con la expansión de la red para alcanzar la meta de 45,000 puntos que establece el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) antes de que finalice el año.

Para lograrlo, el sector debe enfrentar desafíos como aumentar la operabilidad de las estaciones y acortar los plazos de tramitación, que actualmente pueden extenderse hasta tres años. Además, el crecimiento desigual de los puntos según la potencia y su distribución geográfica son obstáculos significativos.

En cuanto a la potencia, del total de 37,000 puntos instalados hasta septiembre, el 69% tiene una capacidad igual o superior a 22 kW, y un 35% son de alta potencia. Los puntos de recarga de 50 kW a 250 kW han visto un incremento del 126% interanual, lo que representa un alivio considerable para los usuarios preocupados por la autonomía de sus vehículos.

Sin embargo, la distribución geográfica revela una clara desigualdad. Comunidades como Cataluña, Comunidad de Madrid, Andalucía y la Comunidad Valenciana concentran casi el 55% de los puntos de carga, mientras que regiones como Ceuta, Melilla, La Rioja o Cantabria apenas suman un 3%. Las diferencias son aún más marcadas en términos de tipos de carga, con negligencia notable hacia las estaciones de carga rápida en las áreas menos urbanizadas.

Aún hay mucho por hacer para garantizar que todos los ciudadanos tengan acceso a puntos de recarga, especialmente si se quiere mantener el impulso hacia la electrificación de la movilidad en España. ¿Estamos listos para el desafío? ¡El futuro de la movilidad eléctrica depende de ello!