Ciencia

¡Impactante! El levante del antiguo lecho del mar de Aral revela secretos olvidados

2025-04-07

Autor: Ana

El Aralkum, un desierto incendiario entre Uzbekistán y Kazajistán, es el testigo silente de una de las catástrofes ecológicas más grandes del mundo. Su historia trazó un camino entre la gloria del cuarto lago más grande del mundo en los años 60 y la desolación actual.

En un extraordinario episodio de desprecio por la naturaleza, las autoridades soviéticas decidieron desviar los ríos que alimentaban el inmenso mar en un intento por impulsar la agricultura y la producción de algodón. Lo que comenzó como un experimento de desarrollo terminó en desastre, con el mar de Aral perdiendo casi el 90% de su extensión y más del 93% de su volumen.

Recientes investigaciones han revelado un impresionante fenómeno: el antiguo fondo del mar se está elevando, liberado de la presión de las enormes cantidades de agua que antes lo cubrían. Según un estudio publicado en Nature Geoscience, el lecho marino ha subido aproximadamente un metro desde la década de los 60, gracias a avances en tecnologías de medición.

A lo largo de millones de años, el mar de Aral se formó entre las placas tectónicas, siendo un componente clave del antiguo Paratetis. Desde la construcción de presas y canales en los años 50, este cuerpo de agua comenzó a disminuir drásticamente.

Las imágenes satelitales de los años 80 confirmaron el problema: el mar se estaba fragmentando en dos cuerpos de agua, uno al norte y otro al sur, siendo el primero denominado actualmente pequeño mar de Aral.

El investigador Teng Wang de la Universidad de Pekín explica que el método utilizado para medir estos cambios es la Interferometría Radar de Apertura Sintética (InSAR), una técnica innovadora que ha permitido calcular la elevación del terreno en áreas donde los datos eran escasos.

Las imágenes del satélite Sentinel-1, parte del programa Copernicus de la Agencia Espacial Europea, han sido cruciales para este análisis.

Este asombroso fenómeno no se limita al antiguo lecho marino. Según los científicos, el rebote se extiende decenas de kilómetros más allá, lo que sugiere que las rocas subterráneas están fluyendo debido a cambios en las presiones a grandes profundidades.

El geólogo Juan I. Soto de la Universidad de Granada explica que la litosfera se levanta y desciende en función de las cargas sobre ella, tanto de agua como de hielo. Sin embargo, la tasa de elevación en el Aral suscita dudas.

Soto señala que, si el origen de la deformación está a 170 kilómetros de profundidad, el rebote debería ser evidente en un área mucho más extensa.

A pesar de los sorprendentes descubrimientos en la región, el proceso de elevación podría disminuir con el tiempo. Sylvain Barbot, otro autor del estudio, indica que, aunque el terreno continuará elevándose durante décadas, el ritmo será cada vez más lento.

Cabe resaltar que la crisis del mar de Aral no solo tuvo un impacto ambiental devastador, sino que también contribuyó a un aumento en la frecuencia de tormentas de arena en la región, que ahora transportan sal y afectan los cultivos de algodón, que alguna vez prosperaron gracias al sistema de riego que el mar sustentaba.

La historia del mar de Aral es un recordatorio contundente de las consecuencias de las decisiones irresponsables en nombres del desarrollo. Mientras el antiguo lecho del mar se levanta, los ecos de una naturaleza olvidada claman por atención y acción, advirtiendo sobre la fragilidad de nuestros ecosistemas.