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¡Increíble! Un atún rojo se pierde en autovía hacia Birmingham

2024-10-10

Autor: Laura

Un equipo de biólogos marinos británicos vivió una experiencia surrealista hace un año mientras seguían la pista de un atún rojo (Thunnus thynnus). Tras colocar una baliza de seguimiento en el animal para monitorear sus movimientos, la señal no se localizó en el océano, sino que sorprendió a todos al indicar que el atún estaba transitando por una carretera rumbo a Birmingham, una ciudad situada a unos 340 kilómetros de Plymouth.

La doctora Lucy Hawkes, investigadora de la Universidad de Exeter, lideraba este proyecto centrado en el atún rojo, una especie que había desaparecido de las costas británicas. Esta especie fue redescubierta por su equipo hace dos años y desde entonces han estado analizando su recuperación y hábitos.

La aventura comenzó un mes antes, cuando la baliza fue instalada en un ejemplar de atún rojo en el puerto de Plymouth. Inicialmente, los datos de la baliza mostraron movimientos en la playa de Whitsand, pero cuando el equipo fue a buscarla, no la encontró. En cambio, el día siguiente recibieron el desconcertante aviso de que la baliza se había movido, dirigiéndose hacia el corazón de Inglaterra.

El equipo, ante la imposibilidad de encontrar la baliza, optó por pedir ayuda al público a través de las emisoras locales. Hawkes planteó su caso en BBC Radio West Midlands, instando a quien pudiera tener la baliza a que se pusiera en contacto. El misterioso viaje del atún despertó la curiosidad de muchos.

La importancia de la baliza radicaba en el tipo de información que recopilaba. Mientras que muchas balizas de seguimiento envían datos automáticamente, la utilizada por el equipo de biología requería ser recuperada para acceder a información crucial sobre el hábitat y comportamiento del atún. La baliza no solo proporcionaba la ubicación del pez, sino también datos sobre temperatura, profundidad y sus movimientos, lo cual es vital para entender la ecología de esta especie.

Poco después de hacer un tercer llamado por la radio, Hawkes recibió una respuesta de un vecino llamado Brian Shuttleworth, quien encontró la baliza durante sus vacaciones. Brigado por sus buenos actos, Shuttleworth contactó a la emisora justo después de escuchar la última intervención de Hawkes. Su relato reveló que había tratado de llamar al número de contacto de la baliza sin éxito, pero su determinación lo llevó a actuar.

Hoy, la baliza ya está de vuelta en manos del equipo de investigación, donde podrán analizar los datos que ha compilado. Aún se aguardan los resultados de sus investigaciones, pero es seguro que el estudio y agradecimiento se extenderá a aquellos que hicieron posible su recuperación. Esta historia demuestra no solo la fascinación por la ciencia, sino también la importancia de la colaboración comunitaria para el avance del conocimiento científico.

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