El sábado se intensificaron los bombardeos aéreos israelíes contra los bastiones de Hezbolá en Líbano, un día después de que funcionarios libaneses indicaran que estaban considerando una propuesta estadounidense para establecer un alto el fuego entre el grupo islamista y el Estado hebreo.

Desde el estallido del conflicto el 7 de octubre de 2023, tras un contundente ataque de Hamás en el sur de Israel, Hezbolá abrió un frente en apoyo a su aliado palestino, añadiendo otra capa de tensión en la región.

La campaña de bombardeos masivos iniciada por el ejército israelí el 23 de septiembre ha buscado neutralizar al grupo proiraní para facilitar el regreso de aproximadamente 60,000 desplazados del norte de Israel a sus hogares.

En otro desarrollo, la Yihad Islámica, que también participa en el conflicto, informó que dos de sus líderes murieron el jueves en un bombardeo israelí en Damasco, lo que subraya la extensión de la violencia más allá de las fronteras libanesas.

Mientras tanto, el ejército israelí reportó incansables ataques alrededor del sur de Beirut, cerca del aeropuerto internacional. Este bombardero intensivo se justifica por la identificación de un "depósito de armas" y un "centro de mando" de Hezbolá.

En Líbano, la situación es crítica: según el Ministerio de Salud, al menos seis personas, incluyendo tres niños, han perdido la vida a causa de los ataques israelíes en el este del país. Además, informes de la agencia ANI señalaron bombardeos particularmente intensos en varias áreas.

Hezbolá, por su parte, no se ha quedado de brazos cruzados. Según sus declaraciones, han lanzado numerosos ataques, incluyendo una ofensiva con cohetes hacia la base naval de Stella Maris en Haifa, donde se denunciaron numerosos impactos. Este ascenso en la beligerancia marca una fase peligrosa en el conflicto, con el ex jefe de Estado Mayor israelí, Herzi Halevi, declarando que continuarán los bombardeos hasta que se pueda garantizar la seguridad de los ciudadanos israelíes.

En el marco de estos eventos, se han contabilizado ya 48 soldados israelíes fallecidos desde que comenzaron los enfrentamientos con Hezbolá, dejando un rastro devastador de pérdidas humanas en ambos lados de la frontera.

La abrumadora cifra de más de 3,452 muertos en Líbano desde el 8 de octubre, según el Ministerio de Salud, muestra la magnitud de la crisis. La mayoría de las víctimas han sido reportadas desde el inicio de los bombardeos israelo-libaneses.

Por otra parte, la embajadora de Estados Unidos en Beirut, Lisa Johnson, ha presentado un plan de trece puntos al primer ministro libanés, Nayib Mikati, y al líder del Parlamento, Nabih Berri. El esquema incluye el establecimiento de un alto el fuego de 60 días y el despliegue de tropas libanesas en la frontera, aunque su implementación sigue siendo incierta.

Mientras los conflictos se intensifican y la comunidad internacional observa con creciente preocupación, la posibilidad de un alto el fuego podría ser la única salida para evitar una escalada aún más catastrófica en la región, donde las tensiones se encuentran en su punto más alto desde hace años.