
Juanito Oiarzabal revela cómo una inesperada llamada de Jesú Calleja trajo su reconciliación con Edurne Pasaban
2025-03-26
Autor: Francisco
Juanito Oiarzabal, reconocido alpinista español, está a punto de cumplir 69 años y, aunque su voz suena áspera, se revela como un hombre sabio que ha vivido intensamente. Durante años, ha sido considerado un gruñón, pero su historia trasciende esa imagen. A lo largo de su vida ha enfrentado retos en las montañas y ha vivido pérdidas que lo han marcado profundamente, como la muerte de amigos y seres queridos. A pesar de estos desafíos, Oiarzabal ha mantenido su pasión por la montaña, aunque sufre de complicaciones de salud que le han obligado a aparcar algunos de sus proyectos más ambiciosos.
Juanito había iniciado un reto titánico: volver a escalar los 14 ochomiles del mundo, un objetivo que se truncó debido a serias embolias pulmonares que sufrió en 2011 y 2018 en el Dhaulagiri. A pesar de estos contratiempos, Oiarzabal se ha convertido en una leyenda al ser el primer alpinista en ascender dos veces al Annapurna y acumular 26 ascensos a ochomiles sin oxígeno suplementario. No obstante, también reflexiona sobre la importancia de la calidad sobre la cantidad en el montañismo, buscando siempre rutas alternativas y evitando los caminos tradicionales.
Una de las experiencias más impactantes que ha vivido fue cuando, a 7.400 metros de altura, sufrió problemas de salud graves durante una ascensión. A partir de ahí, aprendió que la cumbre no es el final; el verdadero logro es regresar seguro al campamento base. En sus palabras: "La cumbre de un ochomil no termina en la propia cumbre, termina cuando has llegado al campamento base. Ahí es donde realmente tienes que disfrutar de todo".
En cuanto a su relación con Edurne Pasaban, que es conocida no solo por ser una gran alpinista, sino también por su papel importante en la vida de Juanito, todo se complicó tras un desencuentro durante su ascenso al Kanchenjunga. Pero el destino tenía otros planes. Una llamada inesperada de Jesú Calleja, quien lo reunió con Edurne en un programa sorpresa, marcó el comienzo de su reconciliación. La emoción fue palpable cuando Edurne se enteró de su presencia y no pudo contener las lágrimas. Desde entonces, han logrado reconstruir su relación, aunque con la comprensión de que ambos han tomado caminos diferentes en sus vidas.
Juanito expresa que el abrazo de la reconciliación fue el resultado de un proceso natural, donde Jesú Calleja jugó un papel clave al provocar el encuentro. A pesar de que su amistad no es exactamente la misma que antes, han vuelto a conectar y compartir momentos, casi como si fueran familia. Oiarzabal describe su vínculo con Edurne como el de un padre y una hija, y reconoce que muchos de sus logros en la montaña los compartió con ella. A medida que se va acercando a nuevas áreas de su vida, la historia de Juanito Oiarzabal continúa siendo un testimonio de perseverancia, sabiduría y la importancia de las segundas oportunidades.