La cumbre Asia-Pacífico: ¿Podrá Dina Boluarte mantener su puesto tras la intensa crisis de popularidad?
2024-11-17
Autor: Carmen
Este sábado, la presidenta Dina Boluarte clausuró oficialmente el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en Lima, un evento internacional que, aunque no sin controversia, le ha proporcionado un respiro en medio de su alarmante desaprobación que alcanza el 92%. La mandataria ha mencionado que esta es la tercera vez que Perú asume la presidencia del APEC, lo que representa un hito en su presencia internacional y ha buscado utilizar este evento para desviar la atención de las crecientes tensiones sociales en el país.
Durante la cumbre, Boluarte también otorgó la medalla de la Orden El Sol a líderes como el sultán de Brunei y los presidentes de Indonesia y Vietnam, destacando el esfuerzo por consolidar las relaciones diplomáticas. Asimismo, inauguró virtualmente el mayor puerto comercial de Sudamérica en colaboración con el presidente chino Xi Jinping. Esta acción puede ser vista como un intento por mostrar éxito en el ámbito internacional a pesar de la crisis doméstica.
Además, después de muchos meses, la presidenta pudo concretar una reunión con Joe Biden, quien anunció una donación de 65 millones de dólares a Perú para los próximos cinco años. Esta ayuda incluye la entrega de helicópteros y capacitación para personal técnico, lo que podría no solo ayudar a la economía, sino también mejorar su imagen en el extranjero.
Boluarte firmó una actualización del Tratado de Libre Comercio con China, incluyendo nuevos capítulos sobre Comercio Electrónico, Medio Ambiente, entre otros, en un esfuerzo por aumentar las operaciones comerciales entre ambos países. Además, se formalizó un acuerdo comercial con Hong Kong, lo que es un paso significativo para reforzar las exportaciones peruanas a Asia.
Sin embargo, el éxito de la cumbre se ve empañado por la realidad social del país. La presidenta enfrentó protestas masivas y hasta la fecha se han reportado más de 1,789 homicidios en el país, lo que hace de 2024 el año más violento desde 2017. Los manifestantes han expresado su creciente descontento hacia Boluarte y el Congreso, a los que acusan de falta de legitimidad y eficacia. La represión de las protestas ha sido una constante, con agentes del orden enfrentándose a manifestantes bajo un cerco de seguridad que costó al gobierno 14,000 policías solo para la cumbre.
Un incidente preocupante también se produjo durante la cumbre cuando un coche irrumpió en una zona restringida mientras el presidente Biden era trasladado, lo que resultó en una persecución que dejó a dos policías heridos. Aunque las autoridades aseguraron que no se trató de un atentado, este tipo de sobresaltos genera inquietudes sobre la seguridad durante eventos de tal magnitud.
Bajo este panorama, los políticos de extrema derecha mostraron un apoyo inesperado a líderes comunistas, una postura contradictoria a su línea de campaña previa, lo que dejó en evidencia la inestabilidad política en el país. La cumbre, que reunió economías que representan más del 62% del PIB global, fue un intento visible de Boluarte por prevalecer a pesar de los desafíos en casa. Después de esta intensa semana, Boluarte traspasó la presidencia de la APEC a Corea del Sur, marcando tanto un cierre como un nuevo comienzo potencial para su carrera política y la situación en Perú.