Eva Valverde, patrona de la Fundación NeNe y reconocida neonatóloga, enfatiza la crucial transición que enfrentan los bebés prematuros y sus familias cuando finalmente dejan el entorno hospitalario y regresan a casa. En la celebración del Día Mundial de la Prematuridad, el 17 de noviembre, la Fundación NeNe destaca la vital importancia de este proceso.

A pesar de los avances en los cuidados prenatales y neonatales que han aumentado notablemente la supervivencia de los niños prematuros, la situación no es un camino de rosas. Aproximadamente el 50% de los bebés que nacen antes de las 28 semanas enfrentan trastornos de aprendizaje y comportamiento. Estos niños tienen un riesgo elevado de dificultades en su rendimiento escolar, lo que puede afectarles durante toda su vida académica y quizás incluso en la adultez. Un dato alarmante revela que casi dos tercios de los prematuros extremos (aquellos que nacen antes de las 26 semanas) requieren apoyo escolar adicional.

Es crucial que desde el mismo instante de su nacimiento, se implemente una atención neonatal centrada en el desarrollo y la familia. Las intervenciones como el contacto piel con piel, la lactancia materna, y un entorno tranquilo son fundamentales para fomentar un desarrollo cerebral adecuado. Las familias juegan un papel esencial en este proceso, siendo crucial su inclusión en el diseño de un plan de seguimiento tras el alta, que contemple las necesidades específicas de sus hijos en casa.

Las dificultades que enfrentan los bebés prematuros no se limitan a aspectos neuroevolutivos; por ello, es imperativo un seguimiento que integre a un equipo multidisciplinario de expertos. Este incluye no solo a médicos, sino también a psicólogos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y logopedas.

Lamentablemente, la falta de recursos y especialistas en España para la atención temprana de estos niños limita el acceso a la intervención adecuada en sus primeros años de vida. A pesar de esta adversidad, es esencial que las familias se sientan apoyadas y respaldadas por un equipo sanitario comprometido y cercano.

Las disparidades en el acceso a cuidados en diferentes regiones de España son otro tema preocupante. Esta heterogeneidad puede afectar directamente las oportunidades de desarrollo de los bebés prematuros y crear un estrés emocional significativo para sus familias.

Desde la Fundación NeNe, hacemos un llamado urgente a los gestores sanitarios para que mejoren la calidad y universalidad de los recursos destinados a la atención de estos niños. Finalmente, es crucial que las familias sean vistas como los verdaderos protagonistas en el proceso de atención, acompañadas por un equipo que les brinde el respaldo y la comunicación necesaria.

Las asociaciones de padres de niños nacidos prematuramente juegan un papel vital en esta labor, y desde NeNe, estamos comprometidos a apoyarlas en cada paso de este importantísimo camino.