La llegada de los coches chinos a Europa ha cambiado el panorama del mercado automovilístico, especialmente en el ámbito de los vehículos eléctricos. Marcas como BYD están expandiendo su producción, mientras que el Grupo SAIC destaca con su marca MG. Otras empresas emergentes como XPeng y NIO buscan su oportunidad en este competitivo mercado.

Sin embargo, el verdadero terreno de juego para los automóviles chinos está en el sector de los coches económicos. En España, hemos visto un rendimiento notable de marcas como BYD, que ha visto un significativo aumento en ventas gracias a su modelo híbrido enchufable a precios muy atractivos. Omoda ha hecho un gran ruido en el mercado con su Omoda 5, que ha sido bien recibido y rápidamente ha incrementado sus matriculaciones. MG ha llegado incluso a liderar las ventas en el país.

Mientras que los fabricantes europeos tradicionalmente han abandonado el segmento de los coches más asequibles, alegando que las regulaciones de la Unión Europea obligan a aumentar los precios, los vehículos chinos no enfrentan los mismos aranceles que los eléctricos. Esto les permite presentar precios aún más competitivos y ganar un espacio significativo en el mercado.

En respuesta a esta competencia creciente, Renault ha tomado una estrategia inusual: ha relanzado el Renault Mégane con motor diésel en algunos mercados. Esta jugada apunta a ofrecer una opción de bajo coste en un sector en declive, pero que actualmente tiene escasa competencia.

Renault ha estado a la vanguardia en la defensa de los motores de combustión en Europa. Ha formado una empresa conjunta con Geely, un gigante chino, para seguir desarrollando motores a combustión. Aunque la compañía está invirtiendo fuertemente en eléctricos, como el nuevo Renault 5 y el Renault 4, también planea mantener en el mercado motores diésel, especialmente donde la demanda de estas motorizaciones sigue siendo fuerte.

Las cifras de ventas en Polonia y la República Checa muestran que el diésel sigue teniendo un peso importante, a pesar de la disminución en general. En Polonia, los vehículos diésel siguen representando un 8,3% del mercado, mientras que los eléctricos y los híbridos enchufables apenas alcanzan un 6%. En la República Checa, el diésel ostenta un impresionante 19,4% de cuota de mercado, lo que refuerza la decisión de Renault de mantener este motor disponible en su oferta.

A pesar de esto, las normativas de la UE sobre emisiones de CO2 siguen siendo estrictas y deben cumplirse. Para el 2027, se espera que la media de emisiones de los coches vendidos esté por debajo de los 93,6 gr/km de CO2, lo cual significa que Renault deberá encontrar un equilibrio entre sus coches diésel y los modelos eléctricos. Esto explica por qué la marca ha elegido mantener el Mégane diésel en mercados donde hay una demanda significativa y la electrificación avanza lentamente.

Con la competencia china aumentando y los consumidores buscando opciones más asequibles, la estrategia de Renault para ofrecer motores diésel podría resultar esencial para preservar su participación en el mercado. La lucha por los precios promete intensificarse en los próximos años.