Multilateralismo y la voz de la sociedad civil: ¡un llamado urgente por la paz mundial! A pocos días de la histórica cumbre del G20 que inicia el lunes, Lula da Silva, presidente de Brasil, cautivó a los asistentes durante su discurso en el G20 Social, una cúpula de la sociedad civil realizada por primera vez en el marco de este evento. "El G20 debe ser un encuentro regular, porque hay 733 millones de personas que pasan hambre. En los últimos años, se gastaron más de dos billones de dólares en armamento, mientras que la inversión en comida para los hambrientos fue casi nula", enfatizó Lula.

Su llegada al G20 Social fue recibida con entusiasmo, casi como una estrella de rock, y no escatimó en criticar el neoliberalismo económico. "Los gobiernos necesitan sintonizar con la voz del ciudadano común y dejar de lado la creciente disonancia entre los mercados y la sociedad. El neoliberalismo ha exacerbado la desigualdad en nuestras democracias", afirmó. En su opinión, el G20 debe urgentemente abordar medidas para "reducir el costo de vida y equilibrar las jornadas laborales".

Luego de su reunión con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en el fuerte militar de Copacabana, Lula subrayó la necesidad de reformar las instituciones globales. "La ONU fue creada con 56 países y hoy participan 196. ¿Dónde queda África en el Consejo de Seguridad? ¿Y América Latina? ¿Dónde está India?", cuestionó en un tono contundente. La activista y premio Nobel de la Paz, Tawakkol Karman, respaldó a Lula, argumentando que solo a través de la reforma de las instituciones internacionales se podrá alcanzar la paz global.

Ronald Ramola, ministro de Relaciones Exteriores de Sudáfrica, se comprometió a replicar la experiencia del G20 Social el año próximo, cuando su nación asuma la presidencia. Destacó la necesidad de responsabilizar al gobierno de Israel por su ocupación en Palestina, aludiendo a la lucha del pueblo palestino y creando paralelismos con el apartheid sudafricano: “¡Estamos con el pueblo de Palestina!”.

Lula no sólo habló de justicia social, sino también de la emergencia climática. Al citar recientes desastres ambientales, instó a tomar acciones decisivas: "Debemos cuidar nuestro único hogar: el planeta Tierra", advirtió. Se comprometió a presentar a los demás líderes del G20 la declaración de la Cúpula Social con propuestas trabajadas por la sociedad civil.

El G20 Social ha sido una plataforma para nuevas dinámicas. Brasil ha promovido eventos paralelos vibrantes en el puerto de Río de Janeiro, resaltando su legado de inclusión social desde el Foro Social Mundial. Más de mil actividades, desde debates hasta festivales, se han llevado a cabo para dar voz a la sociedad civil. "No podemos tener discusiones efectivas sin el diálogo con el pueblo", dijo Mauro Vieira, ministro de Relaciones Exteriores de Brasil.

Además, el evento atrajo la atención hacia la soberanía alimentaria y la Inteligencia Artificial (IA), donde agrupaciones mostraron alternativas agrícolas frente al modelo de monocultivo. El G20 Social busca presentar al mundo una gobernanza global que respete la participación de la sociedad civil. En el área de IA, se propusieron recomendaciones contra el racismo algorítmico y violaciones de derechos humanos.

Sin embargo, no toda la sociedad civil se sintió representada. La Asociación Brasileña de Prensa organizó la Cúpula de los Pueblos en respuesta a lo que consideran la “ley del silencio” del gobierno. Durante la Marcha de los Pueblos, más de 300 organizaciones exigieron un firme compromiso de Lula, gritando: “¡Lula, rompe con Israel, en contra del genocidio!”.

Este G20 Social no sólo es un intento de restaurar el legado de Lula, sino que representa un claro deseo de justicia y transformación social en un mundo donde los problemas de hambre, desigualdad y cambio climático requieren atención inmediata. La batalla por un futuro más equitativo y sostenible ya empezó, y Lula se posiciona como un líder clave en esta lucha.