Rusia ha presentado a Estados Unidos una lista de exigencias clave para alcanzar un posible acuerdo que ponga fin a la guerra en Ucrania y restablezca las relaciones con Washington, informaron fuentes anónimas a Reuters.

Durante las últimas tres semanas, ha habido discusiones intensas entre funcionarios rusos y estadounidenses, tanto en reuniones presenciales como virtuales. Aunque los detalles de las demandas siguen siendo en su mayoría un misterio, se cree que son en gran medida similares a las que Rusia ha propuesto anteriormente a Ucrania, EEUU y la OTAN.

Sin embargo, Andriy Yermak, jefe de gabinete de Kiev, ha calificado estas condiciones de "ridículas", afirmando que Ucrania está dispuesta a hacer todos los esfuerzos necesarios para lograr la paz, pero acusando a Putin de presentar requisitos "deliberadamente maximalistas" antes de que se inicien las negociaciones.

Las demandas más relevantes de Rusia incluyen el abandono definitivo de las aspiraciones de Ucrania de unirse a la OTAN, así como la prohibición del despliegue de tropas extranjeras en su territorio, y el reconocimiento de Crimea y cuatro regiones parcialmente ocupadas (Donetsk, Luhansk, Kherson y Zaporizhia) como parte de Rusia.

En una declaración reciente, Putin insistió en que Ucrania debe retirarse de las cuatro regiones ocupadas como un requisito previo para iniciar conversaciones de paz. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, reafirmó que Ucrania no reconocerá ningún territorio ocupado como parte de Rusia en futuros acuerdos de paz.

A pesar de que Trump mencionó que Putin podría permitir fuerzas de paz europeas en Ucrania como parte de un acuerdo, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, ha desestimado esta idea.

Rusia ha reiterado su demanda de que Estados Unidos y la OTAN aborden lo que llaman las "causas profundas" del conflicto, que incluyen la expansión de la OTAN hacia el este. En septiembre de 2022, Ucrania presentó su solicitud oficial para unirse a la OTAN. Durante la cumbre aliada de Washington en 2024, los miembros acordaron que el camino de Ucrania hacia la membresía era "irreversible", aunque la administración Trump ha puesto en duda la viabilidad de esta adhesión a corto plazo.

Por otro lado, Trump ya está esperando la respuesta de Putin respecto a un alto el fuego de 30 días que Ucrania está dispuesta a aceptar, siempre que Moscú haga lo mismo. Esta tregua temporal fue acordada durante recientes negociaciones en Yeda el 11 de marzo, después de lo cual Estados Unidos reanudó su apoyo militar y de inteligencia.

Sin embargo, la respuesta de Putin sobre esta propuesta de alto el fuego sigue siendo incierta. Muchos funcionarios y analistas estadounidenses temen que el Kremlin aproveche este tiempo de tregua para profundizar las divisiones entre Washington, Kiev y sus aliados europeos mientras se prepara para nuevas ofensivas.

Recientemente, el Washington Post reveló que un think tank moscovita, vinculado al Servicio Federal de Seguridad (FSB), ha elaborado una propuesta que detalla las demandas maximalistas de Rusia para el fin de la guerra. Estas incluyen la creación de una zona de amortiguamiento en el noreste de Ucrania y una zona desmilitarizada en el sur del país. El documento, redactado en febrero, pide el "desmantelamiento completo" del actual gobierno ucraniano y prevé que la paz no se alcanzará antes de 2026.

Finalmente, funcionarios de seguridad occidentales han informado que Putin ha establecido estas exigencias "maximalistas" con el conocimiento de que probablemente serían inaceptables para Kiev y las naciones europeas. Esto pone de manifiesto la complejidad de la situación, donde cada movimiento diplomático podría tener implicaciones significativas para la estabilidad en la región.