El Alzheimer es una de las enfermedades más devastadoras para los familiares de personas mayores, quienes observan con dolor cómo sus seres queridos comienzan a olvidar nombres y a no reconocer a quienes los rodean. Esta enfermedad cerebral, que deteriora gradualmente la memoria y la capacidad de razonamiento, ha estado en el centro de la investigación médica durante décadas.

Recientemente, un tratamiento innovador que originalmente fue diseñado para tratar la esquizofrenia ha mostrado un potencial inesperado en la lucha contra el Alzheimer. Este no es el primer intento de redirigir medicamentos de este tipo para tratar enfermedades cognitivas, pero el interés ha crecido significativamente tras la aprobación de este nuevo enfoque.

El fármaco en cuestión, conocido como KarXT, actúa de manera distinta a los tratamientos tradicionales al enfocar su mecanismo en los receptores muscarínicos del cerebro, en lugar de simplemente moderar la actividad de la dopamina. Jeffrey Conn, farmacólogo de la Universidad de Vanderbilt, destacó el entusiasmo generado en la comunidad científica: “No creo haber visto nunca en mi carrera tanto revuelo y entusiasmo por un nuevo enfoque en psiquiatría.”

Este fármaco promete cambiar el paradigma al incorporar la xanomelina, un compuesto que ha estado en desarrollo desde la década de 1990. Investigaciones pasadas indicaron que la xanomelina tenía el potencial de aliviar síntomas psicóticos en pacientes con Alzheimer, aunque en ensayos previos el fármaco fue retirado debido a efectos secundarios desagradables, como náuseas y vómitos.

Sin embargo, en 2009, Karuna Therapeutics combinó la xanomelina con el trospio, un agente que bloquea los receptores muscarínicos sin penetrar en el cerebro, lo que reduce significativamente los efectos secundarios no deseados. Este enfoque ha demostrado proporcionar mejoras cognitivas y antipsicóticas en ensayos clínicos, generando una mayor esperanza entre investigadores y médicos.

La xanomelina se dirige a dos de los cinco tipos de receptores muscarínicos: M1, que se relaciona con la cognición, y M4, asociado con los efectos antipsicóticos. Muchos tratamientos en desarrollo para la esquizofrenia se centran en un solo receptor, por lo que el enfoque dual de KarXT podría resultar más beneficioso, minimizando los efectos adversos.

Con la creciente preocupación por el deterioro cognitivo en pacientes con Alzheimer, la investigación sobre receptores M1 ha cobrado impulso, y se espera que estos nuevos medicamentos muscarínicos ralentizan la progresión de la enfermedad. Sin embargo, aunque KarXT ha generado mucha expectativa, la verdadera prueba de su efectividad llegará cuando se aplique en el entorno real, fuera de las condiciones controladas de los ensayos clínicos.

Asimismo, Bristol Myers Squibb (BMS) ha compartido recientemente datos de dos estudios sobre el tratamiento con KarXT en pacientes con esquizofrenia, mostrando mejoras significativas después de un año. Sin embargo, es importante mencionar que entre el 11% y el 18% de los participantes debieron interrumpir su uso debido a efectos secundarios. La comunidad científica continúa vigilante ante estos desafíos mientras se abre una nueva ventana de esperanza en la lucha contra el Alzheimer.