¡Alerta mundial! Secretario antivacunas de Trump investigará la falsa relación entre vacunas y autismo: ¿Qué dice la comunidad médica?
2024-12-13
Autor: Antonia
Donald Trump, el presidente electo de Estados Unidos, ha nombrado a Robert F. Kennedy Jr., conocido por sus opiniones antivacunas, como el próximo secretario de Salud y Servicios Humanos (HHS). Kennedy se dedicará a investigar un supuesto vínculo entre las vacunas infantiles y el autismo, una noción que ha sido desmentida por la abrumadora evidencia científica.
Durante una entrevista con la revista TIME, Trump afirmó que tenía planes para discutir extensamente con Kennedy la eliminación de los programas de vacunación infantil. "La tasa de autismo está en un nivel que nadie creyó posible. Hay algo detrás de esto" mencionó Trump, en referencia a su creencia de que las vacunas podrían ser responsables del aumento de casos de autismo.
Trump ha promovido esta controvertida teoría durante años. En 2014, realizó un polémico tweet en el que afirmaba que un niño sano se convierte en autista tras recibir múltiples vacunas, insinuando un vínculo directo que ha sido ampliamente desacreditado.
La raíz de esta teoría errónea data de 1998, cuando el exmédico Andrew Wakefield publicó un estudio fraudulentamente elaborado en la revista The Lancet. Este estudio, que alegaba un vínculo entre la vacuna triple vírica y el autismo, tuvo un impacto negativo al alimentar el movimiento antivacunas. Sin embargo, varios estudios posteriores, que incluyen grandes meta-análisis, han logrado desmitificar esta teoría, encontrando que no hay conexión entre las vacunas y el autismo. En 2010, The Lancet se retractó explícitamente del artículo, y Wakefield fue despojado de su licencia médica por mala conducta.
La Dra. Claudia Quintero, experta en psiquiatría infantil y docente en la Facultad de Medicina de la UdeA, explica que el autismo es una condición del neurodesarrollo con múltiples factores causales, y que no hay evidencia que apoye la idea de que las vacunas sean las responsables de este trastorno. La comunidad médica ha identificado otros factores de riesgo, como la hipoxia neonatal, la edad avanzada de los padres y antecedentes familiares, que pueden estar relacionados con el desarrollo del autismo.
Quintero también señala que no se ha reportado un aumento real en la prevalencia del autismo, sino que ha habido un aumento en la identificación y conciencia del trastorno, gracias a una mejor formación y recursos. Sin embargo, la desinformación sobre las vacunas ha llevado a un preocupante retorno de enfermedades prevenibles que parecían controladas, como el sarampión.
La Dra. Quintero condena el impacto de la información errónea sobre las vacunas, advirtiendo que ha fomentado un aumento en los casos de enfermedades infecciosas en lugares como Colombia, donde algunos padres optan por no vacunar a sus hijos debido a temores infundados, a menudo propagados por las redes sociales.
Es fundamental aclarar que la vacunación no solo protege a los individuos, sino que también mantiene a las comunidades seguras a través de la inmunidad de rebaño, especialmente en aquellos que son inmunocomprometidos y no pueden recibir las vacunas. La Dra. Quintero enfatiza que los beneficios de la vacunación son innegables y que la comunidad médica y científica debe seguir trabajando para difundir información precisa y combatir la desinformación.
La llegada de figuras como Kennedy al gobierno podría tener consecuencias graves para la salud pública si se permite que estas ideas sin fundamento prevalezcan en el discurso político y social.