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La Incansable Lucha de los Olivareros Palestinos Ante los Ataques Coloniales: "¡Esta es Nuestra Tierra!"

2024-11-21

Autor: María

La resistencia ante la violencia colonial

Recoger aceitunas se ha vuelto una tarea peligrosa y, muchas veces, un negocio ruinoso para los agricultores palestinos. En Battir, la recolección se ha visto gravemente afectada por la agresión constante de los colonos israelíes. A menudo, los olivareros necesitan hacer hasta tres intentos antes de ser capaces de acceder a sus tierras o de llevar sus productos al mercado. En recientes incidentes, algunos olivareros han sido atacados en plena cosecha.

Ghassam, un agricultor local, relata una experiencia aterradora: "Hace diez días, colonos armados me dijeron que tenía que regresar a Arabia Saudí. Me gritaban que no era de aquí y me empujaron al suelo, golpeándome en la cabeza y en la pierna, a pesar de que había activistas intentando protegerme". Estos actos de violencia son solo algunas de las agresiones documentadas que los palestinos enfrentan cada día.

La palabra 'sumud', que significa resistencia, se ha convertido en un estandarte entre los activistas que acuden a los olivares con el fin de ayudar a minimizar la violencia de los colonos. Eszter Koranyi, de la ONG israelí Combatientes por la paz, afirma: "Estamos aquí para apoyar a las comunidades palestinas que enfrentan la brutalidad de los colonos y el ejército en el área C, que está bajo control israelí".

En un momento delicado para la región, el gobierno israelí ha comenzado a legalizar un nuevo asentamiento en Nahal Heletz, ocupando 60 hectáreas de terreno dentro de un área de protección. Esta decisión es considerada por muchos como un intento de interrumpir la continuidad territorial entre aldeas palestinas cercanas a Belén, donde residen aproximadamente 25,000 palestinos.

Creciente violencia y agresiones

Durante la primera semana de noviembre, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA) reportó un alarmante aumento de incidentes violentos, con 177 casos relacionados con la cosecha de aceituna en tierras palestinas. De estos, cerca de 130 resultaron en lesiones o daños materiales. Más de 1,200 olivos han sido destruidos, y al menos 63 palestinos han resultado heridos por ataques de colonos.

Hiba, otra agricultora en Battir, comparte su experiencia aterradora: "Intentamos trabajar en nuestras tierras, pero nos dijeron que debíamos marcharnos de inmediato, ¡teníamos solo un minuto! Nos amenazaron con bombas de humo". La inseguridad es una constante; en el último año, más de 1,600 incidentes han sido reportados en áreas como Nablus, Ramala y Hebrón.

La situación ha empeorado drásticamente desde el 7 de octubre, fecha en la que un ataque de Hamás desató una nueva ola de violencia y tensión en la región. Nami, una activista estadounidense que llegó a Jerusalén poco antes de estos eventos, se siente impelida a actuar: "He conectado con la causa de los palestinos y estoy comprometida a hacer algo positivo por la paz, aunque sea de manera remota".

A pesar de la violencia y la intimidación, Ghassam se muestra firme: "El ejército intentó asustarme. Quieren que me sienta obligado a dejar mi tierra. Pero no retrocederé. Esta es nuestra tierra y tenemos que permanecer aquí. ¡Debemos resistir!".

Ahora, más que nunca, la comunidad palestina y sus aliados luchan por la preservación de su identidad y su hogar, enfrentando un futuro incierto con determinación.