El presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu, ha realizado una grave advertencia respecto a la posible fusión entre BBVA y Sabadell, señalando que tendría un impacto "especialmente negativo" para las pequeñas y medianas empresas (pymes) en España. Según Oliu, la consolidación de estos dos gigantes bancarios podría llevar a una disminución en la atención y el servicio personalizado que las pymes requieren, lo que podría poner en peligro su estabilidad financiera.

En el contexto de la unión bancaria europea, Oliu ha expresado que este es un objetivo deseable, aunque aún no ha despegado completamente. Aseguró que es fundamental resolver las barreras que han limitado este proceso, como la falta de un marco de seguros de depósitos europeo. "El Consejo Europeo debe abordar esto urgentemente", enfatizó.

Oliu también destacó que, a pesar de que la fusión podría llevar a una consolidación más fuerte en el sistema bancario, no siempre es sinónimo de valor añadido para los accionistas. De hecho, advirtió que si la fusión se basara en una visión compartida por todos los involucrados —incluidos empleados, clientes y políticos— podría potenciar el valor, pero, en la ausencia de esta unión de intereses, el valor estaría en riesgo.

La diversidad fiscal y las diferencias normativas entre las regiones de Europa son otros obstáculos que complican la integración bancaria y que deben ser superados para fomentar un sistema financiero más robusto. Oliu insistió en que es a través de fusiones transfronterizas donde se pueden lograr los beneficios en términos de fortaleza y capacidad tecnológica que requieren las entidades financieras en la actualidad.

En resumen, la consolidación bancaria está llena de matices y riesgos, especialmente para las pymes, que son vitales para la economía. Cualquier movimiento en este sentido debe ser cuidadosamente considerado para asegurar que no se sacrifiquen sus necesidades en el altar de la eficiencia corporativa.